Se formó para evitar el dominio de una potencia sobre otra y llegar así a un equilibrio europeo. Era sentar bases para la legitimidad monárquica.
Hubo defensores y detractores, los que estaban a favor de
las Monarquías eran conservadores y los que estaban en contra eran los
Liberales que querían igualdad ante la ley.
Las consecuencias posteriores fueron varias Revoluciones
para deponer las autoridades impuestas.
1820: triunfaron Grecia y Portugal, se debilita el imperio
Otomano y se establece la independencia de Brasil y México.
1830: Quiebre del Congreso de Viena, monarquía constitucional en Francia,
independencia de Bélgica.
1848: Establecimiento de la segunda república francesa.
Todas estas revoluciones fueron realizadas por intelectuales, miembros de sociedades secretas, sectores populares y nacionalistas.